Maps to the Stars
La locura solo se permite en Hollywood

País: Canadá
Año: 2014
Dirección: David Cronenberg
Guion: Bruce Wagner
Título original: Maps to the Stars
Género: Drama
Productora: Integral Film, Prospero Pictures, SBS Productions, Sentient Entertainment
Fotografía: Peter Suschitzky
Edición: Ronald Sanders
Música: Howard Shore
Reparto: Julianne Moore, Mia Wasikowska, Robert Pattinson, John Cusack, Olivia Williams, Carrie Fisher, Evan Bird, Sarah Gadon, Emilia McCarthy, Jayne Heitmeyer, Justin Kelly, Amanda Brugel
Duración: 111 minutos
Festival de Cannes: Nominada Palma de Oro (2014)

País: Canadá
Año: 2014
Dirección: David Cronenberg
Guion: Bruce Wagner
Título original: Maps to the Stars
Género: Drama
Productora: Integral Film, Prospero Pictures, SBS Productions, Sentient Entertainment
Fotografía: Peter Suschitzky
Edición: Ronald Sanders
Música: Howard Shore
Reparto: Julianne Moore, Mia Wasikowska, Robert Pattinson, John Cusack, Olivia Williams, Carrie Fisher, Evan Bird, Sarah Gadon, Emilia McCarthy, Jayne Heitmeyer, Justin Kelly, Amanda Brugel
Duración: 111 minutos
Festival de Cannes: Nominada Palma de Oro (2014)

El cineasta canadiense ofrece en este filme una interesante reflexión sobre los límites de la decencia, la realidad alternativa en la que viven las estrellas de Hollywood, y cómo la frivolidad y la ignorancia pueden llevar a la locura más extrema.

En el último programa del podcast de La Sexta Nominada de la web Premios Óscar, los periodistas y analistas de cine Juan Sanguino y Daniel Martínez Mantilla reflexionaban sobre las diferencias entre las estrellas de Hollywood de antaño —las clásicas— y las actuales. Las actuales se apoyan en un discurso social y político que hace años se obviaba por parte del mundillo celebrity. En la época de oro de Hollywood lo que interesaban eran las fiestas, los escarceos amorosos, los dramas familiares de las sagas más famosas del imperio del cine estadounidense. No hay más que ver a Jennifer Aniston, una de esas estrellas de la vieja escuela —y no porque sea muy añosa, en concreto—, que con su simple presencia atrae a todo tipo de paparazzi y curiosos, una de esas personalidades que todo el mundo conoce. Todo eso que se conoce como «carrera de premios» —con sus Óscar, Globos de Oro, fiestas privadas, alfombras rojas…— son un reflejo del tremendo narcisismo de un universo paralelo, un mundo alejado de la realidad de la calle. Pero, a la vez, eso es lo que nos fascina de ese universo, la cara bonita que nos muestran, que nos aleja de nuestra triste realidad y nos ayuda a evadirnos, que nos hace interesarnos en las lujosas y apasionantes vidas de personas que poco tienen que ver con nosotros mismos. David Cronenberg, a través de esta obra llamada Maps to the Stars (2014), trata de realizar una disección de la frivolidad y la absurdez que esconden las vidas de estas personas que tanto admiramos. En cierta medida, la verdadera cara de Hollywood.

Stafford Weiss es un popular psicólogo y terapeuta de actores y estrellas de Hollywood, y padre del actor Benjie Weiss, una joven estrella que acaba de alcanzar el estrellato con una nueva saga de películas juveniles. Stafford es a su vez terapeuta de Havana Segrand, una actriz que alcanzó gran popularidad en su juventud, pero que ahora con el paso de los años está en busca de ese papel que vuelva a relanzar su carrera. En mitad de todo esto, llega Agatha, una joven y peculiar chica que viene a Los Ángeles de visita y en busca de un pasado que la dejó marcada. John Cusack, Julianne Moore o Mia Wasikowska forman parte del elenco estelar de una película llena de extremismos y turbiedad, al igual que las vidas de la gente que intenta retratar.

Maps to the Stars es una muestra de que el triunfo cuesta, y que la fama tiene a su vez unas consecuencias, tanto para ti, como para las personas que te rodean. Havana —interpretada por una siempre genial Julianne Moore, pero que en este caso puede que no sea la más apropiada para el papel— es la viva imagen de que el actor de Hollywood es un ser narcisista por naturaleza, que vive de su propia imagen y del modo en que el mundo lo contempla y disfruta. Esto hace que sean personas ególatras, que reclaman toda la atención del mundo, desean  ser el centro de atención, y cuando esto desaparece, pierden el control, y entran en una espiral de desenfreno, de drogas, calmantes y alcohol —claro reflejo de su incapacidad para hacer frente a la frustración—. Es muy interesante el modo en el que la película de Cronenberg analiza este proceso, y lo contrapone con la posición contraria. Benjie es una joven estrella en las mieles de su carrera, pero a la vez, todo ese exceso de popularidad lo han vuelto en una persona irascible y dependiente de todo el mundo que le rodea. Retrata a la perfección la posición de las jóvenes estrellas, incapaces de saber sobrellevar la popularidad y la presión que conlleva ser un ídolo de masas —y que las revistas juveniles esconden de un modo tan eficaz—.

Maps to the Stars no solo habla sobre el problema de la juventud y la popularidad en Hollywood, sino que además nos muestra, casi de manera satírica, la fascinación que genera el mundo de las estrellas.

Pero Maps to the Stars no solo habla sobre el problema de la juventud y la popularidad en Hollywood, sino que además nos muestra, casi de manera satírica, la fascinación que genera el mundo de las estrellas. De una manera parecida a lo que hacía Sofia Coppola en The Bling Ring (Sofia Coppola, 2013), Cronenberg juega a llevar la idea de fascinación a los límites de lo absurdo, y de cómo la profundidad que pueden tener las películas que se realizan en Hollywood, nada tiene que ver con la banalidad de las vidas de los cineastas que los llevan a cabo. En una entrevista que realizó el propio David Cronenberg durante la presentación de la película en el Festival de Cannes, admitió que en el fondo todas sus películas se podrían encasillar dentro del género de la comedia. Es verdad que Maps to the Stars es en su superficie un drama —y probablemente, si tuviéramos que concretar más, un drama familiar—, pero el texto de Bruce Wagner tiene una manera especialmente absurda de acercarse a la frivolidad que recogen las vidas de estos artistas. Comenzando por la bochornosa intervención del propio Stafford Weiss —encarnado por un sutil John Cusack— en la televisión hablando del budismo, hasta la propia bizarra secuencia final, la película emana un tono satírico que casi roza la parodia.

El de John Cusack es, sin duda, uno de los personajes claves de Maps to the Stars.

De esta manera, Maps to the Stars se va desarrollando como un interesantísimo y sutil análisis de la vida de Hollywood, pero a medida que el metraje avanza,  la película va abrazando el barroquismo más extremo, perdiendo esa disfrutable delicadeza inicial, para acabar en el detalle más obsceno. A pesar de que personalmente no soy de los que defienden el giro, puede que sea lo que Cronenberg busca, siendo así una película autoconsciente de la realidad que retrata. El propio final es el mejor ejemplo de ello: totalmente incomprensible e incoherente a ojos de cualquier persona mundana, pero a la vez tan alejada de la realidad como todo lo que rodea las vidas de las personas que muestra la película. En definitiva, Maps to the Stars es una película que dista mucho de ser perfecta, pero a la vez es, sin duda, un interesante análisis sobre lo odiosos que pueden acabar siendo los actores de cine, y cómo la fama puede pasar factura a nivel personal. Lo mejor, esa introducción de los personajes que a la vez sirve como un claro retrato del propio funcionamiento de Hollywood. Lo peor, que haya tramas que parecen que se cierran de manera demasiado abrupta, y que ese giro a lo excesivo y lo obsceno de la segunda mitad ensucie en cierta manera la sutil delicia que resulta la primera.

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